EL CAPRICHO DE COTRINA.
Cerca de los Santos de Maimona, junto a la carretera EX-101, emerge de entre los campos una construcción diferente al resto. Se trata de la obra de Don Francisco González Gragera, un albañil jubilado que hace más de 30 años comenzó lo que hoy en día sería el cumplimiento de un sueño que trazó años atrás en papel. El Capricho de Cotrina.
Próximo a la Sierra de San Cristóbal y al cruce de las
carreteras Ex – 101 con la Ex – 364, se encuentra esta curiosa edificación
denominada "Capricho de Cotrina".
"El arte copia a la naturaleza"
En Cotrina, es la misma Naturaleza o se camufla con ella, olvidándose de las líneas rectas que tan rígidas y estresantes nos hace la vida.
El 'Capricho de Cotrina', la increíble obra de un albañil extremeño que quiere parecerse a Gaudí
Cuatro años después de morir, sus hijos siguen embarcados en
el sueño de su padre de terminar la casa de inspiración modernista, que ya ha
recibido miles de visitantes.
Francisco fue albañil en Torremegía, Mérida y Vizcaya y luego
montó con sus hermanos –retornado a Extremadura– una fábrica de manufacturas
del mármol en Los Santos.
En 1988, Francisco González Grajera –conocido en Torremegía
como Cotrina, de ahí lo de 'Capricho de Cotrina'– inició las obras de una casa
muy particular y mundialmente conocida por la cantidad de publicaciones que se
han hecho eco de su diseño modernista, bautizado por los expertos como
construcciones 'gaudirreoides'.
Francisco González ideó la construcción atendiendo al deseo
de su hija pequeña, que quería tener una casa de campo completamente distinta a
las demás
Ese genio con apariencia de mendigo que era Antoni Gaudí
cambió para siempre la ciudad de Barcelona. El máximo representante del
Modernismo catalán fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el
volumen, así como con una gran capacidad imaginativa, que le permitía proyectar
mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos.
La mayoría de las obras del arquitecto se concentran en la
Ciudad Condal, pero por el resto de España podemos encontrar desperdigadas
algunas de sus construcciones; como el Capricho de Gaudí situado en Comillas
(Cantabria) o la Casa Botines en León. Desde hace unos años un pequeño pueblo
de Badajoz también tiene su particular construcción de Gaudí, aunque en esta
ocasión no está hecha por el catalán sino que fue ideada por un albañil
extremeño.
En el municipio pacense de Los Santos de Maimona, próximo a la sierra de San Cristóbal, se encuentra el denominado ‘Capricho de Cotrina’. Se trata de una de las construcciones más curiosas de España, que recuerda a las que hizo Gaudí.
Un paisaje de ensueño deliciosamente irreal.
Entrar en el mundo de Cotrina es pasar a otra dimensión de la existencia. Aquí la magia del sueño se hace realidad.
Estas construcciones-plantas o vegetación arquitectónica cumple nuestros deseos más ancestrales, la ubicación de los cuentos infantiles, el ideal de vivir en un espacio más amable, menos alienante.
Cotrina es capaz de transmutar el paisaje agreste de este confín calcítico, fronterizo con la Tierra de Barros, importando una inmensa mole calcárea, vetada por hilos milenarios de aguas escondidas y haciéndola verter en ese estanque disfrazado de piscina natural.
Este edificio moderno empezó a construirse en 1989 y hoy
cuenta con una superficie de más de 180 metros cuadrados. La construcción es el
resultado de la imaginación del albañil y marmolista Francisco González Gragera
que, atendiendo al deseo de su hija pequeña, quiso tener una casa de campo que
fuera completamente distinta a las demás y con apariencia de castillo o palacio
de princesa de cuento.
El edificio está construido a base de mampostería de piedra
caliza, mortero de cemento y ladrillo, y se encuentra revestido por mosaicos de
varios colores. Toda la construcción presenta un juego de formas curvas
rematadas con figuras ornamentales, por lo que se considera que el arte se
camufla en la naturaleza olvidándose de las rígidas líneas rectas.
La construcción de González, que falleció en septiembre de
2016, está pensada para ser habitada como vivienda, encontrándose en su
interior todas las estancias propias de un hogar.
Obra inacabada
Las muchas partes no acabadas por Francisco –fallecido en
septiembre de 2016– están llevándose a cabo con la misma técnica del trencadís por
su hijo Roberto, también albañil, y ayudado por su hermana Pilar en los diseños
de los dibujos que aún faltan por plasmar, por ejemplo, en la habitación
principal de la casa.
El reconocimiento de este milagro arquitectónico extremeño no
se ha visto correspondido con el de otras autoridades, así nos lo da a entender
por la guía que nos acompaña en la visita.
Es Pilar quien conduce las visitas de grupos, explicando la obra de su padre y de su hermano, abriendo de par en par esta casa que, en su día, pretende ser un museo en memoria de Francisco González Grajera, donde se den a conocer los bocetos del artista, sus herramientas, en definitiva el porqué de esta construcción que tanto llama la atención.
El edificio esta pensado para ser habitado como vivienda,
encontrándose en su interior todos los departamentos propios de un hogar
actual. A su alrededor, además, podemos encontrar otras construcciones que
responden al mismo estilo, estanque con cascada, taller de objetos de mármol,
fuente, etc.
Información:
Bibliografía
Enlaces consultados
https://www.gaudiextremadura.es/
https://www.hoy.es/extremadura/capricho-cotrina-sobrevive-20201010002205-ntvo.html
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