Población: 259 habitantes, según censo del Instituto Nacional de Estadística año 2018.
Ayuntamiento.
Colindando con la Iglesia Parroquial de Santa Catalina, en la Plaza de España de Romangordo, en la fachada de esta casa observamos un texto que nos recuerda a un poema de nuestro Luis Chamizo.
Texto en la fachada.
Leemos en la fachada unos versos de un poema muy conocido en Extremadura, la Nacencia (El Nacimiento) de Luis Chamizo
Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban también los colorines
sobre las jaras y los brezos
y roando, roando, de las sierras
llegaba el dolondon de los cencerros.
Luis Chamizo
En muchas de las fachadas de las casas de Romangordo encontramos elementos culturales que hacen referencias a poemas, canciones, freses..que nos recuerdan a personajes extremeños u otros personajes populares conocidos.
Como ejemplo leemos en la fachada estas estrofas de "El niño yuntero" de la canción de Joan Manuel Serrat.
Letra completa.
Autores de la canción: Juan Manuel Serrat Teresa / Miguel Hernandez Gilabert
Letra de El niño yuntero
Letras
Carne de yugo, ha nacido
Más humillado que bello,
Con el cuello perseguido
Por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta
A los golpes destinado,
De una tierra descontenta
Y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
De vacas, trae a la vida
Un alma color de olivo
Vieja y ya encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
A morir de punta a punta,
Levantando la corteza
De su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
La vida como una guerra,
Y a dar fatigosamente
En los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe
Y ya sabe que el sudor
Es una corona grave
De sal para el labrador.
Trabaja y mientras trabaja
Masculinamente serio,
Se unge de lluvias y se alhaja
De carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
Y a fuerza de sol, bruñido,
Con una ambición de muerte
Despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
Más raíz, menos criatura,
Que escucha bajo sus pies
La voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
En la tierra lentamente,
Para que la tierra inunde
De paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
Como una grandiosa espina,
Y su vivir ceniciento
Revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
Y devorar un mendrugo,
Y declarar con los ojos
Que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
Y su vida en la garganta
Y sufro viendo el barbecho
Tan grande bajo su planta.
Quién salvará a ese chiquillo
Menor que un grano de avena?
De dónde saldrá el martillo
Verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
De los hombres jornaleros,
Que antes de ser hombres son
Y han sido niños yunteros.
Y cómo no, nuestra inolvidable Gloria Fuerte también está presente con su poesía.
En Romangordo encontramos diversas referencias a los niños, a la escuela, al maestro...y por supuesto también nos recuerdan en sus fachadas los versos de Antonio Machado, de su poema "Recuerdos infantiles".
Aprovechamos para recordarlo completo:
RECUERDOS INFANTILES.
Una tarde
parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase.
En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre
sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro
infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde
parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Otro significativo versos de un poema, muy popular y conocido, de Gabriel y Galán, luce en las fachadas de las casas de Romangordo.
El embargo
Señor juez,
pase usted más alante
y que entren
todos esos.
No le dé a
usted ansia,
no le dé a
usted miedo…
Si venís
anteayer a apenarla,
os tumbo a
la puerta. ¡Pero ya se ha muerto!
Embargar,
embargar los avíos,
que aquí no
hay dinero;
Lo he gastao
en comida pa ella
y en boticas
que no le sirvieron;
y eso que me
quea,
porque no me
dio tiempo a venderlo,
ya me está
sobrando,
ya me está
jediendo.
Embargar ese
sacho de pico,
y esas hoces
clavás en el suelo,
y esa
segureja
y ese cacho
de liendro…
¡Herramientas
que no quede ni una!
¿ya pa qué
las quiero?
Si tuvia que
ganarlo pa ella,
¡cualquiera
me quitaba a mí eso!
Pero ya no
quiero ver ese saco,
ni esas
hoces clavás en el suelo,
ni esa
segureja,
ni ese cacho
de liendro…
¡Pero a ver,
señor juez: cuidaíto,
si alguno de
esos osa tocarle a esa cama
ondi ella se
ha muerto;
la camita
donde yo la he querío
cuando ambos
estábamos güenos,
la camita
donde yo la he cuidao,
la camita
donde estuvo su cuerpo
cuatro meses
vivo
y una noche
muerto!…
señor juez:
que ninguno sea osao
de tocarle a
esa cama ni un pelo,
porque aquí
lo jinco
delante de
usted mesmo.
Lleváoslo
todo,
todo, menos
eso,
que esas
mantas tienen sudor de su cuerpo…
¡y me
güelen, me güelen a ella
cada vez que
las güelo!
José María
Gabriel y Galán (1870-1905)

Puertas antiguas.
Romangordo tiene un encanto
entrañable, huele a pueblo, se siente ese aire especial de tiempos que se
fueron pero que muchos seguimos sintiendo, quizás con nostalgia, recordados con
cariño y que apreciamos en su valor.
No sabría decir cuántos años pueden
tener estas puertas. Notamos que a pesar de sus muchos años no han recibido
cuidado alguno desde que las hizo el carpintero, no se observa pinturas
especiales ni cuidados que nos llamen la atención. Creemos que están fabricadas
con tablas de una calidad excepcional dada su conservación, a pesar de los muchos
años que se le suponen.
Es la puerta típica de aquellas
casas de nuestros pueblos extremeños con sus peculiaridades y características
especiales, aquellas con llaves de
hierro de gran tamaño, aldabas, postigos, bisagras, el pestillo, pasador o cerrojo…
Es posible que en los tiempos que
corren el objetivo sea hacer puertas con máxima seguridad, pero a su pesar somos
más vulnerables que nunca…posiblemente porque hemos perdido el oremus ese que
teníamos. Frente a nuestra vulnerabilidad ante teníamos costumbres, respetos,
formación natural, mayor compromiso de los propios vecinos..que hacía más
segura nuestra inseguridad.
